Lo primero, Luz no existe. Bueno, no es que no exista. Existir existe, solo que no se llama Luz ni se apellida Cuesta Mogollón.
Hoy os hablaré de una amiga que me dio una gran lección de vida, y que no se llama Luz.
Mira, un león se come a su presa a trozos al igual que un ciclista va superando cimas trozo a trozo hasta llegar a meta.
La vida es una secuencia de trozos y todos unidos conforman algo más complejo.
Bien, Luz es una manitas en la cocina, y como gran chef, me flipa como trocea los tiempos, las cantidades y los ingredientes. Los pasos que sigue son exactos y medidos. Los trocea en pequeñas partes y el resultado de su unión es un plato expectacular.
Aprendí esta ley de vida con ella. Comprendí que al seccionar un problema complejo en cachitos pequeños, reorganizalos y volver a montarlos es la fórmula del éxito para cambiar el ángulo de visión y entender las cosas de otro modo.
Bien, ahora viene la venta: tengo un método que agarra un negocio, lo trocea y lo vuelve a montar. El resultado es una nueva visión del negocio con un ángulo completamente diferente. Una visión de la empresa con foco en el dato y su rendimiento.
Vale 3.000€ y las unidades de venta son limitadas. Igual te interesa.
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Que tengas un GRANDÍSIMO día,
Unai