La aleatoriedad del Bingo tiene un efecto imán que provoca que mucha gente juegue. Lo azaroso de este juego mantiene el factor sorpresa hasta el último momento y la sensación de que a todos les puede tocar el premio convierte el mismo sorteo en un espectáculo. Sin embargo, para los que nos dedicamos al análisis del dato y al desarrollo de soluciones de analítica avanzada e Inteligencia Artificial, la aleatoriedad en el dato es uno de los mayores problemas que nos podemos encontrar. No existen modelos capaces de hacer predicciones con cierta fiabilidad si el dato con el que son alimentados dichos modelos tiene un ADN volátil y no responde a ningún patrón. Por lo tanto, a pesar de todo el show hollywoodiense que suele rodear a la IA, su realidad está muy lejos de la magia del azar.

Dicho de otro modo, la IA es matemática, es puro determinismo, y se construye a partir de los datos que responden a un guion y a un relato preestablecido. La aleatoriedad, sin embargo, va por libre y se rige sobre la máxima de que todo está condicionado por el azar.

¡Es por eso que no existe una Inteligencia Artificial que pueda predecir qué números van a salir para Bingo!

En contradicción con todo lo expuesto en esta historia, según unos estudios, la aleatoriedad puede hacer que las matemáticas sean más fáciles. Pero sobre esto, quizás, hablaré otro día.